Bueno todo empezó un día de verano cuando me llamó por teléfono un fotógrafo que quería hacerme una sesión de fotos para su trabajo, entonces me llevó a muchísimos sitios, y de ahí supe que esto me encantaba,que me encantaba posar y sobre todo ser yo la fotógrafa. Yo no tenía ninguna cámara ni mucho menos, es más, no me podía permitir de el lujo de tener una cámara tan buena. Mi mejor amigo es adicto a las fotos y me llevaba a muchos sitios para echarme fotos y me dejaba usar la suya. Hasta que mi madre supo que esto de la fotografía me gustaba muchísimo, en Navidad de hace dos años mi madre quiso comprármela y a mí me hizo muchísima ilusión tenerla y me vino ¡Por sorpresa!, rápidamente me fui como una loca a echarme fotos por todos los sitios que encontraba, hasta hoy en día que la utilizo mucho.
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